Desde Mi Panamá

Hay que ponerle un alto a la Policía Nacional, han abusado del poder infundado que les han dado. Creen tener la autoridad para decir por dónde tenemos que cubrir o no, limitando nuestra libertad de tránsito, de trabajo, de cobertura, de prensa, de informar.  Ya es hora que los gremios salgan en defensa de los periodistas y se le exija a Julio Moltó respeto.  Cada vez que denunciamos nos tratan c omo si fuéramos unos fantasmas. Colegas debemos exigir nuestros derechos y debemos de darnos a respetar.  La Policía es autoridad, pero no para violar las garantías fundamentales de los reporteros de este país. Hoy intervinieron antidisturbios, policía de Menores y Adolescencia y Policía regular, diciendo que seguían órdenes de quién y de qué. Los colegas que se vieron envueltos en este incidente, reporteros gráficos que cubrían para los diarios: El Siglo, Mi Diario, La Prensa y Crítica, que siguieron haciendo su trabajo a pesar de los obstáculos de los Policías. No tenemos la culpa que en

Comunicado al País Reitero a la Cordura y Mesura en la actividad Periodística y Política En un Estado Democrático, dar respuesta marca nuestro  nivel de responsabilidad, como seres humanos, que privilegia el diálogo entre personas o grupos de personas. En consecuencia no aceptamos, que actores sociales, de grupos organizados, de oposición o de gobierno, irrespete, intimide, limite a un profesional del periodismo en función, como tampoco toleramos la violencia verbal y física contra periodistas, políticos y actores sociales. Tal cual lo planteamos en agosto pasado. Por ello, en el ejercicio libre y responsable del periodismo, deben imperar dos factores fundamentales para su quehacer: Primero el reconocimiento que nuestras acciones profesionales y en consecuencia humanas, nos hacen responsables de y frente a otros seres humanos, para quienes procuramos bienestar y dignidad, que nos lleva a ponderar el valor de la solidaridad. En segundo lugar, lo Ético, que surge de nuestr

Fue para el año 2006 cuando escuché hablar por primera vez de Juan Ramón Messina, de la mano de este abogado venía su cliente el controversial ex informante de la DEA, David Viteri Ramos. Dos jóvenes algo excéntricos para los gustos de muchos, por la calidad de la moda de sus gafas y su forma de vestir. La presencia de David Viteri  respondía a la muerte de su compadre Johnny Pozo a plena luz del día por allá por el 2006 en los predios del famoso restaurante Mini-Max , cuando gente de la temida pandilla El Pentágono, se atrevió a dar un toque de sicariato y acabar con la vida de este ciudadano, aunque el principal blanco era Viteri. No pasó mucho tiempo cuando Viteri, fue objeto de una captura y señalado por la propia Procuradora de la Nación, Ana Matilde Gómez horrorizada de escuchar sobre las famosas “tucas” que simulaban tener  droga, señalando de haber cometido supuesta apología del delito. A esto se le llamó el “tumbe de drogas”. Allí estaba presente, Juan Messina, como su

Hoy se encuentra en Panamá, doña Catalina Botero y ella hace como relatora de la libertad de expresión de la OEA  una importante visita a Panamá, con una agenda propia y específica sobre la realidad de este tema y las amenazas existentes. Cada nota que he visto es oportuna, pero más allá de protagonismos que distraen el tema en sí, hay algunos medios que solo se enfocan en exaltar su propio medio y a  sus querellados, no se  habla de la ética y de las faltas que agreden el libre ejercicio del periodismo. Más allá de la presencia de Catalina Botero en Panamá, nadie ha hablado oportunamente de la protección a los periodistas. Un tema que queda pendiente. Las agresiones en este período son graves contra el libre ejercicio del periodismo. Necesitamos dentro de los gremios, gente que deje ya de opinar y comience a ser más proactivo. Que tome las riendas de un programa interactivo con los periodistas,  que son los más afectados con las denuncias y querellas penales que suben en cifras en

Tomado del Diario La Prensa Juan Manuel Díaz, Rubén Polanco 18/09/2013  - Los procesos judiciales que involucren denuncias contra periodistas, o los casos en que estos son asesinados, requieren de parámetros especiales de investigación, ya que por lo general se está cometiendo un delito para callar las voces de aquellos que exponen públicamente otros hechos punibles. Así lo concluyó la relatora especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero, en la conferencia “Estándares de libertad de expresión en el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos” que dictó ayer frente a fiscales del Ministerio Público. Advirtió que el “crimen organizado, en especial las redes asociadas al narcotráfico, constituyen el mayor peligro para la vida de los periodistas, aunque también hay serias amenazadas hacia la libertad de expresión que provienen de algunos Estados”. “Los mapas de criminalidad organizada, de rutas