LIBERTAD DE INFORMACION Y RESPONSABILIDAD DEL PERIODISTA

La libertad de expresión es un derecho fundamental del ser humano, el cual está consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 en su artículo 19.
En Panamá está establecido en el artículo 37 de la Constitución Nacional.
Al estar hoy aquí reunidos es oportuna la ocasión para dialogar y hacernos algunas interrogantes: ¿Existe libertad de expresiôn en Panamá, está en peligro la libertad de expresión y cuáles son los indicios que la ponen en peligro?. Es una tarea ardua pero que exige nuestra reflexión.
El poder de informar, de expresarnos y transmitir ideas es el derecho de todos, pero debe ser ejercido con responsabilidad.
Es realmente válido el lema de libertad de expresión o sólo existe de quiénes coordinan y marcan directrices en los medios de comunicación. Esta pregunta también debemos hacérsela al ciudadano común y conocer su punto de vista sí realmente se siente identificado con las publicaciones de los medios o en lo peor de los casos es afectado y de ser así, sí reciben la misma consideración al rectificar nuestros errores.
Con todo lo anterior no es que apoyemos las acciones intimidatorias contra los medios y periodistas que ejercen su labor con responsabilidad, sino que creemos en una verdadera libertad sin pautas ni cortapisas.Ayer, en horas de la noche, un taxista me decía por qué un periodista de un canal televisivo tiene el derecho de decirnos a los transportistas "antiprofesionales", "pillos", y muchos insultos, si nosotros hacemos un trabajo honesto.
Mi reflexión, al respecto, es cuál es el aporte al periodismo nacional que estamos haciendo, cuál es el derecho que tenemos los periodistas, ¿es esto libertad de expresión o libertinaje?Puedo entender que somos más que periodistas, somos educadores de la sociedad, formadores y transformadores de ideas.
No somos dueños de la verdad, no podemos utilizar nuestros espacios y medios para agredir a personas, a los propios colegas, sin darles respeto y el mismo derecho a opinar libremente o a replicar sobre aquellas situaciones de las cuales estamos inconformes.
Muchos de los que estamos aquí hemos sido víctimas de esta situación.
La libertad de expresión se pone a prueba cuando en estados democráticos a la disidencia, a esa expresión libre, contraria, basada en ideas críticas que buscan llamar la atención de los errores y abusos que se están cometiendo- Pero no así, que por haber enarbolado una bandera política en un momento dado, o por haber tenido buenos nexos con y o x gobernante, fiscal, procurador, legislador, representante, me voy a convertir en una voz disidente para yo amenazar todo el día a esa democracia con una opinión particular, y de allí entonces agarrarme del tema de la libertad de expresión.
Eso si que es preocupante- Nosotros no podemos tampoco permitir que se den telefonazos a redacciones, tener un contra espionaje o agentes dedicados a filtrar información, para paralizar informaciones que afecten en un momento dado a un funcionario de gobierno, o que reiteradamente se hagan los descreditos a periodistas por parte del Estado o sencillamente se autoregulan a esos periodistas.
Recordemos que tanto las derechas como las izquierdas, y quienes estudian a los sistemas en el poder latinoamericano, norteamericano y europeo conocen los manuales contra disidentes, los manuales de como gobiernan las derechas o como gobiernan las izquierdas.
Y el tema de libertad de expresión están incluidos, cómo en un momento dado nos desvían los temas, para meternos después las espadas y desviemos nuestras miradas a otros temas menos relevantes, cuando hay momentos en que la corrupción asfixia a la sociedad.
Pero también es preocupante que dentro de nuestras redacciones tampoco exista un compromiso gradual con el tema de la libertad de expresión, haya una apatía y una mirada esquiva hacia el resto de quienes enfrentan procesos por calumnia e injuria.
Hoy más de 40 periodistas panameños están enfrentando procesos ante la justicia.Más allá de eso, cuál es el verdadero compromiso de nuestros medios de comunicación y de los propios periodistas.
Ayer, en una tertulia con periodistas de la empresa donde laboro, me decían, la libertad de expresión a veces es una utopía, por razones fundamentales, los periodistas dentro de sus propios medios son coartados en muchas ocasiones de sus verdaderos derechos laborales, a expresar libremente sus disconformidades.
Más que eso, aquellos que salen al frente con el tema de la libertad de expresión, al cabo de unos días corren hacia el poder y se enredan con él. ¿Podemos creer entonces en una verdadera lucha de libertad de expresión? Cada uno lo ve desde su punto de vista individualista, y no como un proceso de derechos humanos, de las garantías fundamentales y en pro del colectivo gremial. Eso mantiene desencantados a muchos colegas panameños.
Se cuestiona en estos momentos el no respeto a los manuales de estilo, a la ética profesional, a ser un buen periodista como nos decía el maestro Restrepo, a no permitir, nosotros como periodistas las réplicas en los medios de comunicación en el periodo requerido, a no brindar el mismo espacio de cobertura para una réplica, por el ego de sentir que somos dueños de la verdad, responsabilidad que debemos asumir, a la falta de investigación periodística, confrontación de fuentes, y convertir nuestros medios en centros de campañas políticas y públicas particulares en algunos medios, para demostrar que pudimos tumbar, o encarcelar o no a x o y expresidente. Eso lo veo a diario, en nuestras coberturas judiciales.
Tomemos como ejemplo el libro: Los Watergates Latinos de Fernando Cárdenas y Jorge González, crónicas periodístcas de casos de alto perfil donde nuestros gobernantes latinoamericanos manejaron a su antojo a los medios, pero donde también los medios tuvieron la destreza de enfrentar a esos poderes corruptos.
Es una prueba fehaciente de poder, corrupción, frente a los medios de comunicación. La responsabilidad periodística frente a la libertad de expresión en nuestro país está en juego. Esta reflexión también es un tema que vulnera los derechos humanos e individuales en la sociedad panameña, y que violenta al periodismo panameño.
Se que el tema está enmarcado en la libertad de expresión como tal, en el tema de la calumnia e injuria, la despenalización y las agresiones del Ejecutivo, situaciones que se acrecentan actualmente en nuestro sistema democrático.
No vamos a permitir al menos como periodista en ejercicio que se vulnere uno de nuestros más consagrados derechos.
"Si crees en la libertad de expresión entonces crees en la libertad de expresión para puntos de vista que te disgustan. Por ejemplo, Goebbels estaba a favor de la libertad de expresión para los puntos de vista que compartía, igualmente Stalin. Si estás a favor de la libertad de expresión, eso significa que estás a favor de la libertad de expresión precisamente para los puntos de vista que no compartes, de otra forma, no estarías a favor de la libertad de expresión", nos dice el estadísta y linguista norteamericano, Noam Chomsky.
Pero Chomsky señala también "Si no creemos en la libertad de expresión para la gente que despreciamos, no creemos en ella para nada". Y menciono estas frases de reflexión porque considero que es una de las personas que más se ha acercado a la realidad del tema de la libertad de expresión, donde ha cuestionado fehacientemente el poder mediático frente a este tema que hoy debatimos y como hay un apoderamiento del cuarto poder por intereses particulares.
Como reportera en ejercicio al frente de más de 700 agremiados que ejercen la profesión en radio, prensa, televisión y cine, es fundamental contar en este momento con las garantías fundamentales para el libre ejercicio de la profesión del periodismo, en el debate de ideas, pero también es un deber nuestro escribir, redactar, hablar, opinar, con responsabilidad, apegados a los hechos, buscando fuentes, confrontando al poder, siendo críticos pero con pensamientos no autodestructivos, sino con bases solidas para desenmascarar los hechos de corrupción, exigir la transparencia y demostrar con pruebas lo que estamos presentando a la opinión pública.
Frente al poder solo nos queda ser verticales, decir las cosas como son, con pruebas, y si hay amenazas enfrentarlas, aunque en un momento dado esa amenaza se convierta en un despido laboral, en una presión para dejar de ejercer la profesión.

Hay que ponderar el periodismo independiente, sin cortapizas, sin censuras, desenmascarar los actos de corrupción y a la vez mantener la línea de defensa.
Rechazo toda intervención del poder en temas que atenten contra la libertad de expresión, que el legislativo también quiera meter sus manos dentro del tema de la despenalización de la calumnia e injuria y rechazo todo epíteto injurioso contra cada uno de los periodistas que ejercemos esta noble profesión.
Esos visos de desestabilidad no pueden ser más que enfrentados con nuestros escritos y denuncias continuas basadas en verdaderas pruebas que sustenten los hechos que no son correctos y que no aportan al país.

NO a las llamadas amenazantes

NO a las demandas intimidatorias
NO a las sanciones asfixiantes
SI al periodismo investigativo y serio

SI a los Códigos de Etica
SI a un Organo de Justicia verdaderamente indepediente
SI a una ley de prensa que le dé respeto a nuestra profesión

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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