Un episodio amargo que regresen los actores de la dictadura en Panamá
Hoy, siento tanta impunidad, no quiero juzgar a nadie, pero después de haber leído el episodio cruel que vivió el maestro Guillermo Sánchez Borbón durante la dictadura militar, siento un retroceso indigno para mi Patria.
Comienzo a recordar a Chivale, Floyd, a los Santizo, a Federico, a tantos que como mártires dieron su sangre, porque sabían que la lucha era dura y aunque pagaron con su vida, no dieron un paso a la traición como a la que fueron ellos expuestos en 1968, 1969, 1970, 1971 hasta 1989.
Recuerdo hoy, a mi abuelita Minga, siempre quiso saber del destino del tío Chivale, su hijo, a quien esperaba en Calle 15 Santa Ana mirando hacia la ventana de la casa de madera, donde los gorilas irrumpieron y la engañaron.
Así como ella, mi abuelita, se fueron muchos, esperando la justicia.
Quién dijo que hoy, las cosas en el Ministerio Público van a ser diferentes. Si ya su principal funcionaria estuvo a las órdenes de servir sin ningún tipo de contemplaciones, quién dijo que hoy no lo hará.
He visto todas las declaraciones, y claro que los periodistas no estamos exentos de la ley, pero tampoco somos ignorantes de las leyes y no somos delincuentes.
Me da gracia ver, cómo defienden postura irrespetuosa a la Patria de esta clase de nombramientos en el Ministerio Público, inexactos, reprochables y tristes. Todo es el maldito poder y el dinero.
Muchas veces me he preguntado, esos que la defienden, responderían así, si una bala de la dictadura, un vejamen, una tortura les hubieses tocado?
Presidente la mejor amistad es la que no daña. Y usted hoy demostró que vale más una amistad que una Patria y muchos panameños.
Dudo mucho que la Mesa de Entendimiento tenga un buen fin con las víctimas y sus familiares. Dudo mucho que el Ministerio Público haga un trabajo imparcial, dudo mucho que aquí se sepa la verdad, dudo mucho que haya justicia en los procesos pendientes, dudo mucho que el país cumpla con la CorteIDH.
Porque, Panamá, es un país de violaciones a los derechos humanos de los panameños, de la dignidad nacional de un pueblo.
Están creando tanto resentimiento y amargura en este país, por tantas ambiciones juntas.
Pero los ideales de nuestros mártires perduran y no se olvidan. Aunque vengan muchas arremetidas.
Comienzo a recordar a Chivale, Floyd, a los Santizo, a Federico, a tantos que como mártires dieron su sangre, porque sabían que la lucha era dura y aunque pagaron con su vida, no dieron un paso a la traición como a la que fueron ellos expuestos en 1968, 1969, 1970, 1971 hasta 1989.
Recuerdo hoy, a mi abuelita Minga, siempre quiso saber del destino del tío Chivale, su hijo, a quien esperaba en Calle 15 Santa Ana mirando hacia la ventana de la casa de madera, donde los gorilas irrumpieron y la engañaron.
Así como ella, mi abuelita, se fueron muchos, esperando la justicia.
Quién dijo que hoy, las cosas en el Ministerio Público van a ser diferentes. Si ya su principal funcionaria estuvo a las órdenes de servir sin ningún tipo de contemplaciones, quién dijo que hoy no lo hará.
He visto todas las declaraciones, y claro que los periodistas no estamos exentos de la ley, pero tampoco somos ignorantes de las leyes y no somos delincuentes.
Me da gracia ver, cómo defienden postura irrespetuosa a la Patria de esta clase de nombramientos en el Ministerio Público, inexactos, reprochables y tristes. Todo es el maldito poder y el dinero.
Muchas veces me he preguntado, esos que la defienden, responderían así, si una bala de la dictadura, un vejamen, una tortura les hubieses tocado?
Presidente la mejor amistad es la que no daña. Y usted hoy demostró que vale más una amistad que una Patria y muchos panameños.
Dudo mucho que la Mesa de Entendimiento tenga un buen fin con las víctimas y sus familiares. Dudo mucho que el Ministerio Público haga un trabajo imparcial, dudo mucho que aquí se sepa la verdad, dudo mucho que haya justicia en los procesos pendientes, dudo mucho que el país cumpla con la CorteIDH.
Porque, Panamá, es un país de violaciones a los derechos humanos de los panameños, de la dignidad nacional de un pueblo.
Están creando tanto resentimiento y amargura en este país, por tantas ambiciones juntas.
Pero los ideales de nuestros mártires perduran y no se olvidan. Aunque vengan muchas arremetidas.
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