Pensé que había regresado a la época dictatorial de Noriega

Cual fue mi sorpresa cuando iba en un taxi y vi e en una boca calle del corregimiento de Calidonia con Avenida Perú en las inmediaciones del Hotel Soloy una gerdarmeria, ataviada con sus escopetas en arreo de combate. Allí se celebraba una reunión de la organización de obreros SUNTRACS, donde anunciaron una huelga general para el próximo martes en contra de la "ley 9 en 1".
El casino Fiesta del hotel también estaba siendo sitiado, atravesé por la acera del hotel e ingresé frente a la mirada perpleja del despliegue policial, verde olivo, que quería ingresar al hotel para proceder a detener a un grupo de dirigentes que salían de estas instalaciones.
Para mi sorpresa ya se habían llevado a Priscila Vásquez, al señor Roberto Bruneau de la iglesia episcopal y miembro de la Alianza ciudadana pro justicia y a otro grupo los reprimieron en una marcha en la 5 de mayo.
Seguí perpleja, viendo el despliegue policial, vestido de civil al mejor estilo del G-2, subían y bajaban por el elevador los pisos del hotel buscando a la dirigencia, mientras que el otro grupo de dirigentes se mantenía en el lobby tratando de no ser detenidos.
Nunca hubo de por medio una orden de allanamiento y captura. El dejavu fue intenso, regresé a 1987, 1988, 1989.
Cómo es posible que un policía le diga a un sacerdote, a un maestro y a un sindicalista que la negociación se debe hacer dentro de la Policía Nacional. Era un dejavu.
¿Negociación o arresto? Era regresar al tiempo de la militarización o los cuarteles.
Los medios de comunicación pese a los inconvenientes que están pasando estuvieron jugando un papel fundamental, transmitiendo todo lo que sucedía cada minuto.
Recibimos una llamada de Maribel Jaén de Justicia y Paz y sentí un alivio, era la comisionada por parte de Monseñor José Domingo Ulloa para apoyar al miembro de la iglesia católica panameña que podría estar en peligro de ser llevado detenido junto con maestros, campesinos, indígenas, sindicalistas y participantes de la reunión sindical.
Este sábado 10 de julio de 2010 fue amargo para muchos... El temor se apoderó de las personas que salían y huían de las instalaciones del Hotel Soloy, frente a la mirada de la militarización existente que tuvieron que ver obligados los extranjeros que trataban de salir del hotel.
¿Quién manda en este país, los Policías o las autoridades judiciales? Lo que no sabían los policías era que se habían llevado a Roberto Bruneau un prestigioso miembro de la Iglesia Episcopal, que peligro podría tener este hombre. Era incomprensible.
También en Calidonia todo el sospechoso que llevaba una mochila al hombro o tenía cara de obrero era subido a la "chota". Selectividad policial?
Y lo intolerable fue, la pregunta de un policía en civil dentro de las instalaciones del Hotel Soloy a un periodista: Eres de la Prensa, y preguntó ¿cuál es el nombre del dirigente de los profesores? a lo que contestó el periodista no se aquí no hay dirigente de los profesores, cuál?.. Y contesté, tú eres policía y el hombre, tez morena, casi parecido a un constructor, respondió que si. Le dije nuestro trabajo es informar, no somos "sapos" y este ripostó, yo no soy "sapo". Dio la espalda y subió a las instalaciones del hotel buscando a los dirigentes sindicales.
Siguió mi dejavu, pero el policía se veía presionado ante su superior.
Un centenar de personas fueron detenidas y al final les hicieron firmar en la

Comentarios

GRISEL BETHANCOURT ha dicho que…
Policía Nacional según los últimos informes un documento donde señalaban que no habían sido maltratados ni física ni sicológicamente.
A las educadoras detenidas las hicieron bajar la cabeza, para que no vieran las identificaciones de los policías, será que sigue la misma práctica que tuvimos por 21 años de dictadura militar. Siguió el dejavu.
No quiero antes terminar sin decir que utilicè este blog, como método alternativo de información. De la vivencia y frustración que tuve hoy.
Ya suficiente con los 110 mártires que tuvimos durante 21 años, entre esos mi tío Alcibiades Bethancourt, Chivale, a quien le debo mi energía y pensamiento claro de justicia social, de mis ideales. Cada minuto pensé en esa opresión que vivimos y no se que está sucediendo en mi país.
Recordé junto a una compañera periodista, si para que no se llevaran a estas personas presas teníamos que hacer una barrera humana los periodistas o tener los nombres de los detenidos para que no se les violaran sus derechos fundamentales.
Hablar con el Arzobispo Ulloa me reconfortó, sentí que él fue importante en el apoyo a los dirigentes y que la mediación de Maribel Jaén como representante de la Iglesia Católica, el Pastor no dejó solo a su rebaño, fue fundamental.
No podemos callar, frente a las injusticias, hay métodos que pueden conciliar, pero la intransigencia de muchos que son pocos, es injusta frente a los muchos que sufren los problemas ecómicos y sociales en el país.
Hoy lamento haber tenido un dejavu y que mi alma esté partida, por un pueblo que tenía expectativas que se están desmoronando poquito a poco.
Amo a mi Patria, como a mi vida.
Claudia Nieto ha dicho que…
Espero que esta situación tan dolorosa y sobre todo que atenta contra las personas que velan por derechos laborales de los trabajadores de Panamá, se resuelva de manera positiva y este nuevo gobierno pueda trabajar de la mano con su gente, sin importar color de bandera política que pesen los colores patrios y el bien común de su gente. Toda mi solidaridad para una Panamá siempre linda.

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