Carta a Valledupar

Mis días en Valledupar

“Con cariño a mis amigos vallenatos”.


Recuerdo cuando por primera vez pisé suelo colombiano a mis 8 años, para conocer a mi familia en Cartagena, allí también por primera vez escuché los acordes del vallenato en su máxima expresión.
El ritmo quedó en mis venas, música de la que no me he podido desprender. Este sueño se convirtió en realidad y pise la tierra del vallenato, Valledupar, lugar de gente amable, risueña, amante del folclor a su máxima expresión, donde me dieron una acogida como panameña. Conocí su famoso festival y lo disfrute al máximo con sus ritmos tradicionales y con la denominada nueva ola.

El vallenato, por su parte, es muy similar a nuestra música folclórica y a los ritmos típicos panameños, los nexos entre acordionistas nuestros y los colombianos ha sido histórica y muy buena, de gran fraternidad.
Quien iba a pensar que viajaría con el maestro de maestros, Dorindo Cárdenas "El Poste de Macano Negro", desde Barranquilla a Valledupar, ni pensar de la hora y media que tuvimos que soportar en Aires al no poder bajar el avión por la tormenta eléctrica. ¡Mucho susto, Doro y Adonis, sudamos del susto!

Por los nexos y raíces de mi abuelo Julio, ya fallecido, oriundo de Cartagena de Indias donde aún permanece parte de la familia, me hace hacerle este escrito, inspirada en él, en su Colombia querida que dejó en su juventud. Por él conocí a la Heroica y bella Cartagena del alma, Bogotá, Santa Marta y Barranquilla.

Hoy ya puedo decir que pisé nuevamente otra fabulosa ciudad colombiana, Valledupar. Fue una emoción inmensa cuando vi la tarima "Francisco El Hombre", esta leyenda; las pequeñas callejuelas y su arquitectura colonial, me hizo recordar a pequeñas ciudades del interior del país, y es que somos parte de la herencia hispánica. No podía creer que después de ver los paisajes de Escalona, yo estaba en el Valle de Upar.

¿Se preguntarán el por qué, quiero tanto a Colombia? Como ya dije, mis raíces están allí, desde hace años viajo a esta tierra. Desde que comencé a hacer las coberturas especiales en la frontera con Colombia en la provincia de Darién y la Comarca Kuna Yala, empecé a amar las historias de sus hermanos refugiados colombianos, a valorar aun más a los seres humanos, su humildad y fortaleza frente a las desgracias. En este país de paz como lo es Panamá, muchos colombianos han llevado consigo sus costumbres, y su bella música vallenata, por ende han establecido lazos fraternos de familias colombo-panameña.
Tanto es así que el vallenato se ha ido desplazando no solo por nuestras fronteras, sino a nivel nacional, hoy gente de renombre como Jorge Celedón, Jean Carlos Centeno, Miguel Morales, Israel Romero, Diomédes Díaz, Omar Geles, entre otros, han sabido calar en el público panameño.
Recuerdo un 20 de julio en el Atlapa cuando vi al Binomio de Oro.

A15 minutos de arribar a mi patria chica, Panamá, escribí esta nota para ustedes vallenatos, llevo los acordes del acordeón, la caja y la guacharaca en mi corazón. Siento nostalgia por Valledupar, a pesar que no entré al Guatapurí.
Por eso me encantaría volver junto a más panameños para seguir ondeando nuestra bandera en el gran Parque de la Leyenda Vallenata y contagiarnos de esta música bella como lo es el vallenato.
No importa el calor de su clima, la lluvia, los inconvenientes surgidos, Valledupar se portó a la altura con sus visitantes, su hospitalidad no tiene comparación y ojalá los días pasen tan pronto como puedan, para regresar y seguir destacando lo más lindo del vallenato.
Quiero agradecer con todo mi cariño a Paul (jefe de prensa de Jorge Celedón), a su esposa Chayo, a sus hijos: Yanpo, Paulito, Geova; a la socia y su esposo; a una gran y nueva amiga periodista, Taryn Escalona (hija del maestro Rafael Escalona); al amigo del Morre Romero, el señor Luis Guerra; al taxista, Luis Araujo (fue tan paciente); a las periodistas vallenatas, Rosa, Tile, Lida, Patricia Escobar. A la Fundación de la Leyenda Vallenata (María José), a Gustavo Navarro (quien llegó desde New Jersey con la organización de Jorgito Celedón), Kiry Quiñónez, manager de Jean Carlos Centeno. A todos los periodistas que me dieron una buena acogida. A la señora Aura Rosa Mauri, Ovy y Nene en Panamá, que estuvieron pendientes de mi.
Jamás olvidaré el saludo a mi bandera panameña en la Plaza por Jorge Celedón, la vieron y escucharon en muchos países latinos a través de Caracol, sentí que Panamá estaba presente.
Disfrute tanto cuando vi a Jorgito, JeanK, a Gilbertito, Elvis Crespo, Wilfrido, a Carlos Vives, fue un evento espectacular, sin igual, pero su gente, las 20 mil personas que asistieron diariamente hicieron que el calor de los vallenatos se hiciera sentir y estuvieramos como en casa.

Que les puedo decir, pues que siga el vallenato con sus cuatro aires, porque los panameños nuevamente estaremos listos para cruzar la frontera y contagiarnos de su ritmo.
Uepa jeeeeee¡ como dice mi amigo Paul. Ay hombe.
Jamás te olvidaré mi querido Valledupar.
Y para Colombia pido la Paz y la liberación de los secuestrados.
Grisel Bethancourt Cuesta.

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